Tu fe sin obras es solo el reflejo de una religión muerta.
El fin de tu adoración es tu obediencia.
Has sido ungido para servir y brillar.
La primera persona a liderar serás tú.
Tus palabras son semejantes a tus acciones.
Todo lo que hagas que supere el promedio.
Debes ser capaz de decirlo, planificarlo y hacerlo.
Sigue adelante a pesar de todos tus temores.
No abandones tus compromisos a pesar de las tormentas.
Gánate el corazón de tus discípulos a causa de quién eres.
El que no vive para servir, no sirve para vivir.
Si vives con honor el favor de Dios te alcanzará.